Como siempre, me gusta hacer un pequeño balance fotográfico del año que acaba. Estas son, no mis mejores fotos, si no las que por su significado son muy especiales para mí.
Febrero. Mi cumpleaños. Una fecha que siempre me ha gustado celebrar en compañía de mis amigos más cercanos y este año fue muy especial porque ya soy "toda una mujer" :)
Este año las tres, hemos cumplido los 50. Son mis amigas "del alma", sin desmerecer a las que han llegado después, pocas, pero a las que quiero muchísimo. Pero llevamos juntas desde los 15, en nuestra época de instituto y desde entonces, hemos pasado mucho juntas, bueno, buenísimo, menos bueno y momentos de los peores. Pero aquí seguimos, incansables y esperamos cumplir otras tantas décadas juntas. ¡Gracias por estar ahí siempre!
¡Fantástico regalazo de otra de mis mejores amigas!
Marzo. Paso por mi reducto de paz, La Herradura. Este viaje, con sabor flamenco y una foto que me gusta muchísimo y que ha traspasado la carpeta de mi Pc, para colgar de la pared de alguien muy especial.
Atardecer en Cerro Gordo, La Herradura
Otro grupo ¡excepcional! Las Madres Futboleras. Aunque nuestros "retoños" ya han crecido y tomado caminos distintos, nuestras horas de entrenos, el frío pasado y compartido con esas tardes interminables de cafés, recetas de cocina y confidencias, sembraron su fruto y ahí seguimos, procurando vernos para echar unas risas y comprobar cómo hemos "crecido"
Otro día importantísimo, los 20 años de mi hijo, que parece que fue ayer cuando vino al mundo.
¿Qué es es un "Bando de la Huerta" sin los tercios de Estrella de Levante?
¿Y sin "El Cuerpo"?, allá por donde los encuentro, me traen entrañables recuerdos de mi infancia y es que una será "hija del Cuerpo" toda la vida
Broche final de las Fiestas de Primavera, con el Entierro de la Sardina y la quema de la pobre, que a pesar de todo, esbozó una sonrisa a cámara ;)
A los dos días de regresar de mis vacaciones estivales, ¡zas! de los pasos más tontos de mi vida y mes y medio de estancamiento y desesperación
Este "robado" me gusta mucho, porque no podía dejar de mirar a este señor, que a pesar de todos los visitantes que por la Mezquita de Granada deambulábamos en ese momento, él seguía absorto en su escritura ajeno a todo, concentrado. Me parece una imágen muy entrañable.
Baeza me enamoró, así, sin más
Y una vez más, la placidez y el azul del mar en La Herradura.
¡¡FELIZ 2015 A TODOS!!
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