¡Vamos arriba!
Una vez llegados, mirad qué vistas!
Hasta aquí la subida y todo lo que podemos ver. En esta parte alta del pueblo, la vida transcurre como más auténtica, más relajada, más "de pueblo" a diferencia de la parte baja de La Herradura, más cercana quizás, a nuestro devenir diario. Con olor a puchero, con esa señora regando las plantas sin prisa, con esa calidez que hace que el tiempo parezca que se detenga. Quizás haya gente que vive allí, que nunca ha subido para descubrir los rincones, los colores, los olores y el silencio que te depara esta parte de La Herradura. Una auténtica gozada que recomiendo a todo aquel que visite este lugar de la Costa Tropical de Granada.
Continuará...
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